miércoles, 19 de marzo de 2008

Un recuerdo del pasado o el eterno volver a empezar.

Un recuerdo del pasado o el enterno volver a empezar.

En estos dias en que la marcha de la Rama vive dias inciertos, he querido compartir con ustedes un verdadero descubrimiento: los negativos (si, negativos) de las expediciones al cerro el Plomo de diciembre de 1991 y 1992 realizadas por muchos de los hoy considerados históricos del grupo que en esa época transitaban entre los créditos de montañismo I y II , la selección o la rama.


Cuántos recuerdos, cuántas historias se cuelgan de estas imágenes que a muchos hablarán desde el pasado
haciendo presente el cansancio , el frio, el calor, el compañerismo, el descubrir por primera vez que los límites no existen, que simpre se puede un paso más.

Para muchos como quien escribe, la expedicion del 1991 fue la primera gran experiencia en alta montaña.. Este círculo que se abrió ese año y que se cerró en 1992 con la ansiada cumbre.


La fecha: del 18 al 21 de diciembre de 1991. Mi cordada: Beatriz Scherz, Patricio Alvarez y Lucho Larrondo.En esa época nos embarcábamos en el bus en San Joaquín (que curioso!) que nos llevaba hasta la parva en donde dormiamos la primera noche.

Al dia siguiente el primer gran desafio: la subida a pie de las canchas del centro de ski la parva. Muchos como yo, era la primera vez que ibamos a ese lugar y no sabiamos donde nos estabamos metiendo. El subir interminable, la mochila pesada y cargada de equipo prestado y nada tecnico.
Como muestra una descripción a la ropa: poleras del algodón, polerones de algodón, dos buzos cortaviento, dos buzos de algodón, gorro y calcetas chilote y mis polainas hechas con la tela de un paraguas. Tal vez lo más técnico que tenía mi equipo personal eran mis lentes, regalo adelantado de navidad. La visión de la Laguna de Piuquenes, por primera vez y seguir el camino hacia Las Llaretas, el desanso al costado de se arroyo que acunaba y la llegada a Piedra Numerada con la incertidiumbre de no saber que poder esperar para el dia siguiente ni si seria capaz de seguir.

Luego de una reparadora noche de descanso, la cascada de hielo, la subida y finalmente llegar a la hoya. El frio, el viento, el dolor de cabeza y el trabajo de la cordada. La levantada a las 3:00 am y el caminar en ese espacio lunar de la madrugada en la cordillera. En el estado de semi vigilia encontrarse con el refugio de Agostini y las primeras deserciones. Amigos que decidían bajar por cansancio, por dolor de cabeza, por el frio que ya no podían soportar. El resto, subiendo como podíamos hasta que de pronto con las primeras luces del amanecer, se desata la tormenta. Recuerdo haber visto las ráfagas de viento blanco hacia nosotros, aguantarlas de pie sobre los bastones y avanzar lo más rápido posible para esperar unos metros más adelante la siguiente ráfaga que nos sacaba hacia el valle.


De pronto el horizonte se hacia más plano y llegabamos a la pirca del indio. Estabamos a 5000 metros por primera vez en la vida… y bien!
Sin dolor de cabeza, enteros, listos para seguir. Sin embargo contra todo lo previsto por nuestar inexperiencia, la orden de Claudio fue bajar. El mal tiempo y nuestro precario equipamiento nos hacían despedirnos de la cumbre desde ese lugar a menos de quinientos metros de distancia. Sin embargo, bajabamos con nuestra propia cumbre , la de descubir por primera vez que los límites son puestos por la cabeza y que siempre se puede dar un paso más.




En la foto de grupo, distingo a Tali Santibañez, Danko Tomicic, Sergio Larrondo, Lucho Larrondo, Pato Alvarez, Rodrigo Hidalgo (yo... el Pato), Carmen Rolando, Luis Huichapai, Daniel Luna, Pelao Parada, Ian Philip, José Pedro Montt, Carla Soto, Pancho Quiroga, Beatriz Rodríguez, Paulina Abarca, Claudio Lucero(obvio).













1992 fue el año en que Chile subió el Everest. Finalmente y luego de tantos intentos, dos expediciones chilenas hacían cumbre siguiendo diferentes rutas. Para nosotros, que empezabamos a practicar este deporte fue probablemente un aliciente más para seguir y conquistar nuestras propias cumbres.
Un año de preparación
y en lo personal aprender las bases de la escalada fueron la tónica de ese año. Mi cordada en ese segundo intento: Sole Miranda, Lucho Larrondo y Felipe Jordán. Mucho mejor preparados en lo técnico y sabiendo a que ibamos a completar los últimos quinientos metros hacia la cumbre.

Para mi, la jornada de cumbre no fue facil en absoluto. Venía de un año complicado en lo personal y muchas tormentas peores que la del 91 azotaban mi vida familiar por esos días. El delicado estado de salud de mi madre que fallecería meses d
espues me tenía dividido entre la fascinacinación por la montaña y por las ganas de estar junto a ella.


Pero como todo es perfecto, ese año el Plomo nos recibió gustoso en su ventosa cumbre. Es curioso, pero esa fue mi primera cumbre, antes que el Pochoco, antes que el Provincia y justo de ella no tengo más recuerdo que el que está en mi memoria. El negativo de esta serie que rescato y comparto con ustedes se perdió en algun cambio de casa o en algún rincón de la mochila universitaria.

De ese grupo recuerdo y distingo en las fotos a Rodrigo Echeverría, Gastón Etchegoyen, Tali Santibañez, Carola Castro, Gonzalo Ugarte, Gerardo Saffer, Barbara Undurraga( que de hecho bajó desde la hoya e incluso antes con ceguera temporal... notable trabajo de equipo!).

Alguno de los lectores estuvo en esas expediciones? Algún recuerdo más?
En fin, que esto no se tranforme en el recuerdo de glorias pasadas... solamente. Es importante recordar lo que fuimos, ser capaces de ver el camino recorrido y mirar con orgullo cómo hemos crecido, lo que hemos avanzado. Igual que en la montaña, cada paso vale. Si la Rama hoy vive momentos turbulentos, inciertos, o simplemente extraños, adelante, siempre se puede un paso más.

Un gran saludo a la distancia a todos, los conocidos y los por conocer en nuestra querida montaña.

Rodrigo.





1 comentario:

Pablo Silva dijo...

Buen relato y notables fotos!