viernes, 28 de noviembre de 2008

Cerro Gastón, o no?


El 22 y 23 de noviembre de 2008, en conjunto con un grupo del DAV, salimos al valle del Yeso con la intención de subir el Mirador del Yeso, un cerro de 4.500 m emplazado en la cabecera del valle y que fuera ascendido por primera y aparentemente única vez, en 1962 por otro grupo del DAV.

El camino estaba interrumpido bastante más al poniente de lo que esperábamos, lo que retrasó nuestra marcha y finalmente nos obligó a cambiar de objetivo. Luego de una caminata por el cajón que se abre al norte de los Baños del Plomo, dimos con un cerro desconocido en el cordón que separa los valles del Yeso y del Yeguas Muertas.

Con los nuevos planes ya definidos, llegamos a tiempo para darnos un buen baño de agua tibia.
El domingo salimos a las 5:45 y en poco más de una hora, ya enfrentábamos las primeras pendientes de nuestro cerro.
Ascendimos un par de laderas suaves, rodeamos una cresta rocosa y finalmente quedamos por debajo de la pirámide rojiza que parecía indicar la cumbre.
Mientras ganábamos altura mejoraba la vista hacia dos ilustres vecinos. El Alto del Yeso al nororiente y el Marmolejo con sus tres cumbres al sur.
La última pala antes de la arista cimera comenzó a poblarse de pequeños penitentes.
Lo que desde abajo parecía una escalada de cuidado, terminó en un promontorio sencillo que se recostaba hacia el norte. A esa altura quedó claro que la cuerda y los arneses iban sólo de paseo.
Ya montados sobre el filo, además de la magnífica vista hacia el Bello, la Punta Hohf y el Mirador del Yeso, descubrimos que el cerro se extendía en dirección norponiente.
A las 10 de la mañana y a poco andar por el filo desde la pirámide, alcanzamos una cumbre de 4.011 m. De izq a derecha E. Atalah, Alvaro Vivanco (DAV), Bea Delgado, Martina Reiwald (DAV), Cecilia Martínez (DAV) y Edo Quezada (DAV). Abajo G. Muñoz

El premio fue una poco usual vista al Embalse del Yeso .
Pero el cerro continuaba. Desde la 4.011 se extendía hacia el norte un filo angosto y expuesto que remataba en un morro ligeramente más alto.
El tramo final estaba compuesto de un pegoteo blando de algo así como arcilla o jabón y caía a pique unos doscientos metros hacia una meseta por sobre el estero de las Yeguas Muertas.
La arista no es difícil, pero si muy aérea y exige un gateo por roca de mala calidad.
Finalmente a las 10:45, Cecilia Martínez (DAV), Eduardo Atalah, Gabriel Muñoz y Beatriz Delgado, estábamos sentados sobre la cumbre, que según el altímetro se eleva hasta los 4.036 m.
Entre las muchas cumbres de alrededor, destacaba hacia el oriente el Pirámide, cerro fronterizo de 5.400 m.
El descenso lo hicimos botando hartas plumas y siguiendo el filo hacia el norte, para después retornar traverseando el nevero hasta la cumbre 4.011.
Con el calor del retorno y la euforia de la cumbre, hubo ánimo de piscina, así que con la Betty nos dimos un chapuzón memorable en una laguna semi congelada al pie de nuestro cerro.
De acuerdo a lo que pudo averiguar Alvaro Vivanco (DAV), el cerro correspondería al Gastón, bautizado así en 1997 por Evelio Echeverría en honor de Gastón San Román (1922), destacado montañista, co-fundador del Club Águila Azul y autor de la "Guía de Excursionismo para la Cordillera de Santiago" y de la "Historia del Andinismo en Chile". De acuerdo al IGM el Gastón tiene 4.020 m de altitud.

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