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El corazón quería ir al Alto
Así las cosas, el propio DAV contribuyó con 5: Carla Carmona, Lina Torres, Álvaro Vivanco, Jorge Hess y Rodrigo Núñez;
Al medio día del sábado, la mayor parte del grupo enfilaba de Norte a Sur por el cajón del Juncal, en los dominios de misia Kenrick, alcanzando, tras hora y media de marcha, las orillas del escurridizo río, en
A unos 10 minutos del río, en dirección Este y con 2.900m en sustento, levantamos campamento: algunas meriendas en cordadas, caminatas de exploración, el arribo de los cuatro integrantes que faltaban y poco a poco, los colores de las carpas dieron paso a la obscuridad de una noche cerrada. El crepitar del fuego de una cálida fogata, dio pie a una conversa relajada que paulatinamente se fue apagando al igual que las rojizas llamas.
A las 5AM del domingo todos despertamos, pero sólo el Team DAV, como buenos “alemanes” emprendieron puntualmente la marcha a las 6:AM, hora acordada, conjuntamente con los azulitos Abraham y Nelson. Maneos más, maneos menos, a las 7:00 AM los demás fuimos dejando atrás el campamento y mentalizando cuerpo y voluntad en la cumbre del cerro.
En serpenteante y pausado andar, los montañeros fuimos dando cuenta de la cada vez más empinada ladera Este del Celsa, que se ofrecía en un largo y curvilíneo manto blanco, de anchas canaletas. Como es natural en estas lides, las cordadas se fueron reagrupando en mezclas clubísticas que generaron un lindo apoyo mutuo para enfrentar los distintos tramos.
Así las cosas y tras superar la parte final que se erguía, a ratos, hacia los 60°, obligando a aplicar la pica del piolet para un más confortable apoyo, Abraham (que había ido abriendo huella desde abajo), Álvaro y yo, arribábamos al breve filo pre cumbre, que corría de Sureste a Noroeste y nos exigía el último esfuerzo del ascenso.
¡Con gran alegría a las 10:15 hrs., el DAV (Vivanco), el CAU (Delgado) y
El descenso tuvo de brígido y de jolgorioso. Lo brígido lo aportó la primera parte donde, unos más diestros que otros, pero cada cual con el apoyo moral de algún partner siempre presente, tuvimos que desescalar la significativa pendiente; mientras que lo jolgorioso lo pusieron las más suaves laderas siguientes donde la mayoría hizo ostentación de sus muy variadas técnicas de “esquí” y “potogán”, cuales niños saliendo a recreo, tras una tensa prueba de matemáticas.
Relato por Beatriz Delgado Fonfach
Fotos: Álvaro Vivanco, Pablo Silva, Abraham Bittelman y Nelson Brierley
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