martes, 19 de mayo de 2009

Plomazo!




Siendo las 21:00 hrs. del viernes 3 abril de 2009, con Fernando Salvador dejamos definitivamente atrás las luces de la Gran Metrópoli y arribamos a la Parva (portón), dada la imposibilidad de acceder por Valle Nevado a Tres Puntas, donde nos apeamos (3.000). La obscuridad, la neblina y el frío nos decidieron a “levantar campamento” en ese mismo lugar….sí, nada más “flaite”, ja! Apagada la alarma del auto desde la carpa, una tartaleta de arándanos y a la durma.

A las 8:30 hrs. del sábado 4 y bajo un cielo amenazante, comenzamos la marcha por las canchas rumbo a Federación (4.000), a donde llegamos justo 8 horas después, bajo cierta plumilla, encontrando el riachuelo totalmente congelado….así las cosas, a aplicar piolet para extraer agua, otra vez armar carpa, comer algo y a descansar, si el fuerte viento lo permitía. En esta ocasión, eso sí, contábamos con compañía: gente de la Universidad de Talca, unos temerarios chicos CAU que intentarían por el glaciar y otro par de aficionados. Se adivinaban luces en La Olla.

A las 2:00 AM del domingo sonó el nunca bien ponderado despertador y a las 3:00 o’ clock, emprendimos rumbo a la cima del macizo, sin ninguna otra alma, a esa hora, tras nuestros pasos. Poco después, eso sí, adivinamos 8 lucecitas que nos precedían bastante más adelante.

En Agostini ocurrió algo insólito: Fernando “murió” ¡plop! “No sigo”…”¿Definitivo?”…”Definitivo”. (Súper comprensible; no había hecho montaña desde el Sajama en septiembre pasado). Y ahí las ingratas decisiones de siempre….seguir sola o no seguir. ¡Pues seguir sola! Así, dejé atrás a Fernando en compañía de un chico a quien también encontramos recuperándose en el nuevísimo e impecable Refugio Agostini, por quien nos enteramos de que el grupo de más arriba correspondía a unos esforzadísimos estudiantes de Ecoturismo del DUOC UC de San Carlos de Apoquindo. Y el esfuerzo, todos sabemos, tiene su recompensa….

Para no “perder la huella” en medio de la soledad de una noche sin luna, seguí el rumbo más notorio, lo que me llevó a tomar el tramo superior del cerro poco menos que desde el Bismark (me di cuenta que nunca antes lo había hecho así), ¡pero bueno!, finalmente y un par de horas más tarde, ¡alcancé a los jóvenes en la pirca!! Ellos eran: Daniela Salinas, Álvaro Vásquez, José Ignacio Pereira, Ricardo Candia, quienes decidieron llegar hasta allí y regresar, por un tema de seguridad, ¡gran decisión!; Nicolás Danyau, Javier Embri, Jaime Gajardo y Alejandro Tala, con quienes tuve la fortuna de compartir el trayecto final.



Un brígido glaciar, con apenas ciertas “pizcas” de nieve, nos obligó a subir en zigzag, evitando el típico travers, siendo el piolet un apoyo moral y los crampones, sólo teclas sobre el hielo crujiente. Finalmente, alcanzamos el acarraeo póstumo, donde los chicos, con gran garra, hicieron prevalecer todas sus horas de preparación, la autonomía lograda, el equipo apropiado y las ganas de alcanzar su cometido, por sobre el cansancio y la altura y, así, siendo las 9:00 de la mañana de un soleado 5 de abril, pisaron, por vez primera, los 5.450 metros de altura por sobre el nivel del mar, en medio de gran alegría y una sensación de grata complicidad….. de esas que sólo se dan en montaña. ¡¡Bien por ellos!! La recompensa fue notable, pues, ante sus ojos asombrados, se desplegaron uno a uno, el San José, Marmolejo, Tupungatito, Tupungato, Nevado del Plomo y el Imponente Aconcagua, entre otros. Yo feliz de haber sido una intrusa en ese momento tan especial de sus jóvenes vidas.




Por otro lado, más tarde sé que hicieron cumbre dos personas de Talca, mientras que los chicos CAU no pudieron subir porque uno de ellos se sintió mal. ¡Mejor que mejor!, pues el Iver, a mi juicio, no estaba para reto alguno ese día.

El descenso fue rápido. A las 13:00 hrs. estaba de regreso en Federación, no sin antes hacer un stop en la Olla para dar las buenas nuevas a los amigos de los chicos. Afortunadamente, Fernando se había recuperado y me esperaba con líquido para rehidratar. Así las cosas, a las 14:30 hrs. emprendimos el descenso y a las 19:00 hrs., tras infinitas subidas y bajadas, justo con el último rayo de luz, llegábamos al auto, exhaustos, pero felices. ¡Entrenamiento concretado!

Beatriz Delgado Fonfach

2 comentarios:

Rodrigo Hidalgo G. dijo...

Felicitaciones!
Ofrezco diapositivas (imaginenese , diapositivas!) del Pili para hacer comparaciones de hace unos cuantos años atras y hoy. Cuando vas????

Atalah dijo...

bien betty! supongo que hoy a esta hora ya vienen de vuelta del Pili y ya no necesitas que te desee suerte. Así que sólo felicitaciones.
Un abrazo